Sí, desgraciadamente

Lorena Nieto
¿Hemos convertido el teléfono en algo necesario para nosotros? Por supuesto que no –pensó mientras lo escribía a modo de respuesta-. Pero entonces dejó su mente en blanco mientras le daba vueltas a esta pregunta aparentemente simple. Pensó en cómo según se despertaba y mientras las primeras luces del alba se dejaban ver, lo primero que hacía era cogerlo y comprobar si alguien se había acordado de ella. Si alguna de sus amigas le había mandado un sms, si quizás le habían escrito mediante whatsapp, o si alguno de los chicos con los que tonteaba le había echado de menos. Esta vez la pregunta la planteó ella, ¿De verdad que no sería más sencillo que en lugar de usar el móvil como intermediario entre personas, se hablase cara a cara? Además tendría más mérito -reflexionó-. Se imaginó a alguna de sus amigos diciéndole te quiero a la cara, esa palabra que pocos entienden y que tan a la ligera se usa. Sonrió con tristeza ya que esa repentina imagen le pareció bastante improbable. Intentó imaginar también a alguno de esos chicos con los que compartía frases casi a diario diciéndole: ¿Cómo estás? por la calle, simplemente esas dos palabras tan bien elegidas, que también son usadas en cualquier conversación pero con las que no se quiere obtener una respuesta, sino que se contesta con un bien automático. ¡Qué tontería, pero por un momento desearía retroceder a algún tiempo en el que de verdad a alguien le interesase la respuesta a un cómo estás…! Muy a su pesar, tachó su respuesta inicial para sustituirla por un ‘desgraciadamente para nosotros, sí’.

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