Había una vez una niña

 Claudia García González
Había una vez una niña,
mas dulce que diablilla
con un vestido de topos
y unos zapatos con hebilla.
A la niña le gustaba el mundo,
con sus alegrías y sus disgustos.
También tenia risa floja
e inocencia de monja,
y ese deje distante
en su carácter de diamante.
La niña era consentida
mimada y soñadora
le daban igual las normas
y el llegar a ser una "señora".
Ella era feliz con sus pestañas,
sus manitas y sus mañas.
Pero un día llegó el tiempo,
con sus caballos de aguacero,
sus entrañas de demonio
y su risa color fuego.
El tiempo se comió a la niña,
a su vestido y sus hebillas,
tiñó de negro sus pestañas
y dejó de lado todas sus mañas.
La niña ya no es niña,
pero la niña sigue siendo ella,
con muchas menos ganas
de conocer la inocencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario